La seguridad de las bicicletas inicia con el lugar donde se la deja. Colócala en un lugar visible e iluminado por el que transiten peatones es la primera medida a tomar en cuenta.
Atar la bicicleta correctamente: Es importante no simplemente encerrar la rueda al cuadro y amarrarla a una estructura lo mejor posible.
Sujeta la bicicleta a un objeto firme, que sea difícil de despegar, por ejemplo, un árbol, un anclaje de bicicleta o un poste de luz. A menudo, los ladrones están especializados en un cierto tipo de candado a romper. Por esto es aconsejable llevar dos tipos de candados: uno de tipo U rígido y otro del tipo cadena, que son los más seguros. Los cerrojos deben estar ubicados en sitios difíciles de alcanzar para evitar que sean rotos.